El que no quería volver a jugar fútbol

Primer año de universidad. En la UTFSM, en ese tiempo, el primer año era ingeniería común. Luego, para el segundo semestre, y de acuerdo a las notas del primero, se hacía una lista y se elegía la Ingeniería Civil que uno quería (o podía, según las notas) y lo mismo la Ingeniería Ejecución deseada. Los que tenían alguna asignatura bajo 50 ese primer semestre se iban para la casa.

Los que tenían una bajo 60  pero todas sobre 50, podían postular a Ingeniería Ejecución. Los que tenían todas las notas sobre 60, postulaban a Civil.

Me tocó el grupo 13. Eran 16 en total. Cada grupo tenía al menos 40 alumnos, muchos de ellos repitentes.

En las primeras semanas se realizó el torneo interfacultades, y a cada facultad(eléctrica, electrónica, informática, metalúrgica, civil) se le asignó un par de grupos.

El torneo era de fútbol. Había que hacer un equipo de 11 al menos, entre jóvenes (en ese tiempo) que nunca nos habíamos visto. Alguien tenía que intentarlo, y ese alguien fui yo.

Empecé a preguntar. Arqueros había dos, Isla y Medic. Isla terminó su carrera y siguió jugando fútbol por la selección. De Medic nunca más se supo, y era muy buen arquero.

En defensa, la verdad es que solo recuerdo a cuatro, Andueza(que se cambió luego a la UC), Macías(que estudió Informática, y terminó la carrera mucho después, y que fue quién me hizo conoce a Silvio, como ya conté en alguna oportunidad), Vergara(se fue la UC posteriormente, hermano de mi amigo Rodrigo Vergara, con quien hice clases en la PUCV, hasta que falleció de un ataque fulminante mientras tomábamos una prueba, hace un par de años) y, si la memoria no me falla, Garmendia(que luego estudió Ing. Mecánica)

Del resto, recuerdo a Cood(qué hacía maravillas con la pelota), y a quien sigue siendo mi amigo, José Luis, que es el motivo de este texto.

Recuerden que yo no  conocía a nadie, así que me acerqué a cada uno a preguntarle si quería jugar fútbol.  Conseguí 9 (conmigo éramos 10). Me faltaba uno. Pregunté a José Luis. Me dijo que no. Me seguía faltando uno. Volví a preguntarle. Suelo ser un poco insistente, así que finalmente aceptó. Resultó que era muy buen mediocampista. De hecho, fue titular de la selección de la universidad durante todos sus estudios. Luego jugamos baby fútbol durante algún tiempo mientras yo viví en Santiago.

En una de sus tantas venidas a almorzar a mi casa para algún cumpleaños o reunión de químicos sansanos, me contó que había jugado  por las divisiones inferiores de Coquimbo durante muchos años y le habían ofrecido ser profesional, pero él había decidido estudiar ingeniería, y no jugar más fútbol.

En esa etapa lo conocí yo. Por eso se negaba rotundamente a jugar en la universidad. Insistí tanto, que modificó su decisión, para ventura de todos los que jugamos con él alguna vez y de la universidad. Me lo contó recién hace unos años. Yo no lo podía creer.

Hoy nos seguimos viendo y lo considero uno de mis amigos.