De Astroboy

¿Se acuerdan de los años 80(inicios)? Había un personaje de animación llamado Astroboy.En alguno de los capítulos aparecía con una especie de parka espacial.

Un día llegó JAM(un compañero) a clases con una parka parecida a la que usaba Astroboy, así que lo apodé así: Astroboy.

Se enojó(nunca supe el motivo de su enojo, ahora pienso que a lo mejor pasaba por un mal momento, claro que igual yo era un poco insistente en esa época, más que ahora).

Eso tuvo consecuencias, casi nos fuimos a las manos. No nos hablamos en varios días, lo que no hubiera sido tan tremendo, si no hubiéramos tenido que hacer un laboratorio de Operaciones Unitarias en el mismo grupo, él, yo y HAC.

El laboratorio consistía en hacer café de avellanas. El café sucedáneo se hace casi de cualquier cosa, achicoria entre otras. La idea era usar avellanas, y para eso nos pasaron un saco. Estaban ricas, tostadas, antes del café.

Debemos habernos comido, tostadas, un tercio de las avellanas.

Primero había que pelarlas, tostarlas, molerlas, “hervirlas” en agua caliente para extraer “el café”, y luego pasar el “caldo” por un secador para obtener el polvo, o sea, el “café de avellanas”.

Como no nos hablábamos, HAC era el intermediario. HAC era(es) muy bueno para el leseo, y no siempre daba los recados bien. Aclaremos que para trabajar debíamos estar  a entre  uno y dos  metros uno del otro, o sea, al lado.

La técnica de comunicación era: yo le decía a HAC que le dijera al h… de JAM que había que hacer tal cosa, y JAM le decía a HAC que me dijera a mi(otro h…) que no, o que si, o que había que hacer otra cosa.

En el intertanto, en una de las etapas, esperamos mucho(los laboratorios eran un día a la semana y duraban entre 2 y 3 semanas), y el caldo se llenó de hongos.

Fue un laboratorio muy hablado, como verán. Al final había que lavar el secador spray(que era donde habíamos obtenido el “café” después de evaporar el caldo que lo contenía disuelto). El secador spray era una gran esfera(casi esfera en realidad) que se calentaba para evaporar el agua y obtener como polvo el sólido disuelto en ella.

Posteriormente había que lavarlo, para lo cual se usaba una manguera, y le tocó lavar a JAM. Por supuesto que no perdió su oportunidad y me dejó entero mojado con H2O. Mi reacción era la esperable, e hice lo mismo, por lo que teminamos los tres mojados(HAC por reírse).

A pesar de todo, sacamos buena nota en ese “experimento”

Tiempo después nos pusimos en la buena. Aún lo  estamos, aunque no nos veamos casi nunca.

Para realizar ese experimento y otros, en ese laboratorio que contaba con tres pisos, disponíamos de la invaluable ayuda de dos operarios, un encargado de taller de herramientas y uno del pañol de materiales. Los encargados de ayudarnos eran el Chico Costagliola (recientemente jubilado), Juan Daneri(fallecido prematuramente, y a cuyo hijo conocí como dirigente o entrenador de la Asociación Regional de Pesas, cuando fui Presidente de la Asociación Regional de Atletismo, y teníamos reuniones periódicas en IND). Ambos eran muy espontáneos. Tenían(sobre todo Daneri) la talla a flor de labios. El trato con ellos era muy informal, es decir, nos tuteábamos. Nunca se nos ocurrió ni tratarlos ni que nos trataran de Usted. Eran parte de nuestros estudios, y todos los respetábamos. Una anécdota que representa a Juan Daneri de cuerpo entero en la vez que el pololo de una de las alumnas de la carrera, llamémosla X, que estaba un par de cursos más abajo, fue a buscarla a la hora de salida de clases. Hay que decir que el edificio del laboratorio(al que llamábamos LOU: Laboratorio de Operaciones Unitarias) era como un gran loft, con algunas oficinas en el segundo piso. El personaje de que hablo, el pololo, llegó y tuvo la mala ocurrencia de preguntarle a Daneri si había visto a su polola. Él era bastante urgido, por decir lo menos, porque seguramente pensaba que todos éramos unos bárbaros que queríamos aprovecharnos de X. A su pregunta, Daneri contestó algo así como: “No la he visto huevón”, como nos contestaba a nosotros, y como nosotros también lo tratábamos. El pololo, que estudiaba Ingeniería mecánica, y era bastante pituco, encontró que el trato de Daneri no era el adecuado, y le reclamó que por qué lo trataba de huevón, si no correspondía( en el fondo, lo que estaba diciendo, aunque no lo dijo, era que cómo era posible que lo tratara así si era un simple obrero y él era él). Daneri lo quedó mirando y le contesto: “Y quién te ha dicho huevón,  huevón?” Yo estaba presente. Doy fe.

Hubo otras sabrosas anécdotas en ese laboratorio, que contaré en otra oportunidad. No puedo, eso sí, dejar de recordar que todos los años, el curso que hacía la asignatura organizaba un curanto, usando como olla la gran marmita que existía en el primer piso. Era un día completo de ajetreo, donde los alumnos debían pagar una cuota y los profesores y personal(creo) estaban invitados. El año que nos tocó a nosotros, me tocó hacer el curanto. Luego lo he repetido varias veces en mi casa. Con varias ollas en lugar de la  marmita gigante.

En el taller estaba Roque Herrera, a quien compré mi primer auto. También era bastante cercano a los alumnos. Creo que falleció. El encargado del personal, jefe de laboratorio era el que llamábamos el Pájaro, que ya falleció. El encargado del pañol siempre fue desagradable y poco cercano a los alumnos. Peña era el apellido.