Los viajes del último año

Este casi año y medio de pandemia, aunque sea difícil de creer, he viajado mucho. Además he conocido mucha  gente y muchas historias además. Sin ir más lejos, sólo en este 2021, conocí la historia de un hombre que mató a su mujer por, parece, ninfómana, y paralelamente la historia de su jefe que era un alcohólico redomado. Aparte conocí varias salitreras. También, además, recorrí varios pueblos de USA, entrevistando a la gente que en su momento votó por Trump (algo tan difícil de entender para algunos) y los motivos que los llevaron a ellos. Vi mucha desesperanza, pero principalmente, como siempre he pensado, un nivel de cultura que apenas, quizás, existe.  Cómo Trump, diciendo mentiras, o mejor dicho, no verdades, convenció a mucha gente que mejoraría su país. También, ahí mismo, estuve averiguando por qué Bush llegó a la Casa Blanca y cómo se comportó, y me llevé la sorpresa de que entre republicanos  y demócratas hay diferencia pero no tanta, al parecer.

Casi al mismo tiempo, estuve en la Habana, donde conocí los barrios bajos de la ciudad, que en mi visita hace muchos años atrás no conocí. Además supe del tráfico de obras de arte entre Cuba y Miami. Estuve también en Terezín, en Auschwitz, y conocí la historia de Dora y sus padres, triste historia por lo demás. Conocí a Benrhard Thomas, alemán, a quien había oído mencionar pero sin conocerlo. Buen tipo. En realidad, no sé si es bueno pero me gustó su postura ante la vida. Igual que Sebald. Su manera de expresarse me cautivó, sin dejar de aburrirme en algunos instantes.  Con él conocí varias ciudades, Londres y otras, y muchos monumentos y su historia. Hubo dos Leonardos en mis viajes. A uno lo conocía y ya hablé de él en algún momento. Al otro sólo de nombre, a pesar de haber tenido la oportunidad  de encontrarme con él muchas veces, no lo había hecho. Error mío, valía la pena.

Conocí los motivos, al menos algunos, que llevan a los chilenos, y a la gente en general, a consumir cada vez más, consumo por consumo, por llenar un vacío. Y también intenté definir qué del siglo 20 había que traerse al siglo 21.  En paralelo, conocí la historia de un pirata/marino/amotinado irlandés, que murió en la tundra de su país natal, que es Irlanda, y cuyo rastro hubo que seguir para poder encontrar el manuscrito de un famoso escritor de su época. Estuve con una pareja sueca, especialistas en atrapar a criminales, que fueron los precursores en su área. 

No pensaba  ir, pero finalmente llegué a España y estuve en Salamanca, nada menos que con Unamuno, Recuerdo haber estado muchos años atrás, décadas en realidad, en ese mismo lugar, pero vagamente. El viaje sirvió para refrescar ciertas cosas y para recordar otras totalmente olvidadas. También estuve con Montalbano y su búsqueda de un desaparecido que apareció.

No aparecieron otros desaparecidos en Chile, que me mostraron Marcelo mellado, Vivian Lavín, Landau y otros. Conocí los pasos de Contreras, el asesinato de José carrasco y otros casos. La conexión de la Dina con la droga. Estuve en 1891, en la revolución de Balmaceda.

También  en Alemania y conocí la historia de tres mujeres, de un joven llamado Werther, de Siddartha, de Demian  y del mismo Goethe.

En Inglaterra estuve con Somerset, quien me mostró dos de sus obras. No las conocía. Valen la pena. En Italia estuve con Nicolás y su receta para un buen gobierno de príncipes. Para la época debe haber sido apropiado. Hoy se le denosta. En Italia también me encontré por segunda vez con Giorgio, quien me contó la historia de un asesino feroz, serial, loco.

También en un par de ciudades de Chile, aparte de Mendoza, Buenos Aires, conocí a Aniceto, que me contó su historia de niño y joven.

Pablo, Efraín y Khalil, en verso, me contaron como conquistar mujeres uno, sus sentimientos hacia varios seres y cosas otro y como vivir y entender la vida el otro.

En Francia, Romain me llevó a Sudáfrica e India a hablar con Gandhi. León (o Lev, para los amigos), en Rusia, me presentó a Anna y a otros amigos suyos.

En Israel, pasando por Argentina, estuve en el juicio de Eichmann.

Conocí tantas historias y personajes, que podría estar muchas páginas detallándolas, pero mejor los hacen uds miusmos. Basta con leer los mismos libros que he leído este año.