Mi experiencia con las estadísticas

Anoche me acordaba. Pensé entonces en escribir algo sobre eso. Así que aquí estoy, a las 7AM. Cuando me despierto me levanto en seguida, porque si me quedo enredado en las sábanas luego me duele la cabeza. Y eso hace que ande todo el día con ese malestar. Como embobado. Como si me hubieran pegado un golpe fuerte o me hubiera dado un cabezazo, pero sin el dolor del golpe, sólo la sensación de andar con la cabeza como entre nubes, casi llegando a la jaqueca, aunque a veces más que casi llegando, sencillamente llegando a la jaqueca. Por eso me levanto apenas me despierto. Me visto, y por ejemplo los martes y viernes, saco la basura (los martes pasa tipo 11, y los viernes tipo 9, me costó, pero lo ap rendí). Como decía, anoche me acordé, pero era muy tarde, hacía frío (aunque estaba encendida la Bosca, que en realidad es Amesti), por lo  que me acosté relativamente temprano (tipo 12:30). La diferencia entre Bosca y Amesti es prácticamente nula. Por lo que me contaron (o leí), el (o uno de los) dueño de Bosca vendió su empresa, pero no la tecnología, y creó una nueva, haciendo lo mismo que hacía en Bosca, pero con otro nombre. Y al parecer le va bien, aunque no sé si sigue vivo. Creo que esto pasó hace bastante tiempo. Lo cierto es que, eso sí, para alimentar la Bosca, Amesti o como quiera que se llame (porque en realidad ambos son nombres de marca, el aparato se llama estufa a leña de combustión lenta o algo así), hay que comprar leña, y ahí viene a veces lo complicado. Porque lo que venden es leña de palto (más barata) o de eucaliptus, a veces también de pino (más caras). Usualmente compro de palto, pero hay que fijarse bien que el saco (que sale entre 2.000 y 2.500) no sea muy pesado (porque significa que está húmeda y cuesta un mundo que encienda y además calienta poco). Tengo un amigo cuyo padre le dejó un terreno en Olmué, plantado con paltos. A causa de la sequía que ha asolado el país (y nuestra zona) en los últimos años, decidió arrasar con los paltos (que eran muchos), y vender leña de palto. Sólo se quedó con unos pocos. Eso fue hace unos años. Desde entonces, al parecer, muchos decidieron hacer lo mismo. El palto necesita mucha agua. Si no hay agua o no produce o se seca. Así que prefirieron salvar unos pocos y cortar el resto.

Salir a comprar leña es todo un desafío, hoy en día, después de las 8 PM. Afortunadamente cerca de la plaza de Retiro, hay un conocido, sirio (no turco), que usualmente tiene leña y está abierto hasta tarde, porque el  resto de los locales está cerrando más temprano. Este personaje tiene de un cuanto hay. A veces las cosas menos imaginables, como buen sirio. Un bazar. Partió trayendo verdura y fruta, muy barata (pero no muy buena), pero ahora el precio es el normal (al lado hay un negocio de barrio, y equipara los precios). Este personaje asiste a todo tipo de remates, así que a veces tiene  neumáticos, aceite, pintura, monitores viejos, queso, bebidas, máquina de soldar, lo que encuentre en los remates. Anoche encontré leña de palto. Al lado está la farmacia del barrio, que aunque no es la más barata de la ciudad, al menos siempre está vacía y no hay que hacer cola. Además los dueños son muy simpáticos, así que se puede conversar un rato con ellos, manteniendo distancia y mascarilla de por medio. Si necesitan remedios baratos, es una alternativa. Si no lo tienen, lo encargan. Usualmente llegan un par de días después(los remedios). Además, conversamos de libros porque ambos son muy buenos lectores.

Lo curioso del personaje sirio del que hablaba hace un rato, es que es xenófobo (odia a los haitianos, pero igual los contrata cuando hay que hacer tareas pesadas y, por supuesto, les paga lo menos posible, además de tratarlos como si fueran esclavos), homófobo (según él, si un hijo le sale gay lo echa de la casa), neo liberal (por decirlo de manera elegante), y absolutamente despreocupado de la cultura que puedan adquirir sus hijos, pues no le interesa que lean, que aprendan. Según él, no tiene ni un libro en la casa. Y tiene cinco o seis hijos, todos pequeños. Habla con su mujer de repente en sirio, árabe o lo que sea, y por supuesto no se le entiende nada.

Pero lo que quería contar, aquello de lo que me acordé anoche, es acerca del plebiscito del año 1988, pero eso lo contaré en otro relato.

En el año 1988, unos meses antes del plebiscito de ese año (el del Si y del No, del que hasta se hizo una película), recibí el llamado de un compañero de carrera (Ingeniería Química). Después de los saludos de rigor, me contó que le habían ofrecido una pega que él no tenía interés en hacer, no se quería meter en esas cosas,  así que me preguntó si a mí me interesaba. Después de explicarme brevemente de qué se trataba, me dio el contacto para llamar al encargado. Su nombre era Edgardo Mimica, hermano, si mal no recuerdo, de Vladimiro Mimica, que era un relator de fútbol bastante conocido en esa época. Lo llamé. Fui a Santiago a conversar con él, para que me explicara bien de qué se trataba la pega, que era sólo por uno o dos meses. Curiosamente, como la vida es tan redonda,  muchos años después, haciendo clases en la Universidad Adolfo Ibáñez en Santiago, supe que uno de los profesores de Ingeniería Industrial era él mismo, pero nunca pude juntarme con él, ni ubicarlo.

A Santiago recuerdo que fui en un Fiat 147 que manejaba por esa época. No recuerdo dónde fue la reunión, sólo que fue en su oficina, pero no recuerdo la dirección. Ahí Edgardo me contó que había un grupo de personas que conformaron un organismo llamado CEL (Comité por Elecciones Libres), que estaban muy preocupados por el plebiscito. En realidad la preocupación era porque se pensaba que se podía desconocer el resultado favorable al No (después ocurrió lo que se sabe, que se postergaba la entrega de resultados por parte del vocero de gobierno de esa época, Alberto Cardemil,  hasta límites increíbles, y que Matthei-el general, no la hija- tuvo que salir a decir que había ganado el No, porque se especulaba que podía desconocerse ese resultado). El tema es que el CEL había decidido realizar un conteo rápido de un pequeño porcentaje de las mesas de votación, a medida que éstas se iban cerrando. Se iba a muestrear un 5% de las mesas totales. Mario Hamuy (padre) había hecho un estudio al respecto, y se había llegado a la conclusión que esa muestra bastaba para tener un resultado anticipado muy confiable. Para eso debía definirse una muestra que contuviera el 5% de las mesas. Pero la preocupación era que esas mesas podrían ser intervenidas si se sabía con anticipación cuáles eran, así que se había decidido crear 10 muestras diferentes, y dejarlas en un notario, para que nadie pudiera decir que no estaban definidas con anticipación y no eran producto de la imaginación especulativa de alguien (recordemos que los primeros resultados de ese plebiscito daban una ventaja gigantesca al Sí, porque eran resultados de mesas, elegidas a propósito por el gobierno de turno, claramente de tendencia al Sí, y ese resultado se mantuvo en pantalla hasta altas horas de la noche, cuando ya se sabía que había ganado el No. )

Mi pega fue crear las 10 muestras correspondientes, cada una,  a un 5% de las mesas. Para eso me pasaron una lista (en un diskette, no existía Internet en ese momento) de todas las mesas de Chile (hombres y mujeres). Cada mesa tenía un número. Eran varios miles. Usando la función Random de Lotus (no llegaba el Excel aún, donde la función se llama Aleatorio) y un computador 80286, si mal no recuerdo, se generó (generé) las 10 muestras. La función antes mencionada genera números al azar entre 0 y 1, y cada vez que la planilla realiza un cálculo, dichos números cambian. Es muy útil. Luego hubo que imprimir las 10 muestras (usando una impresora de matriz de puntos Star, que era tremendamente lenta), generando 10 listados inmensamente largos (se usaba papel continuo perforado). Como el proceso de una sola lista requería varias horas de computadores, y había que hacer 10 listas, requerí la ayuda de un amigo que tenía un par de computadores para dejar corriendo la planilla y generar las listas simultáneamente. Igual una parte se hizo usando dBase III o III Plus. Hubo que probar varias veces la planilla y el programa. Con los computadores actuales, esa pega demora hoy unos segundos.. Las impresoras eran más lentas que cualquiera que uno hoy encuentre lento. 10, 20 veces más lentas.. Y eran muchas hojas. Muchas. Además, se guardó en uno o más diskettes las muestras en archivos de Lotus 1-2-3. Una muestra en un diskette. Total 10 diskettes. Cada uno respaldado en otro, o sea, 20 diskettes. El último día (todo lo anterior demoró entre tres y cuatro semanas, por lo que recuerdo), viajé a Santiago (en el Fiat 147) a entregar los listados impresos y los diskettes (uno por cada muestra, recuerdo ahora). En el lugar de entrega, recuerdo nítidamente la presencia de un vehículo sin patente, estacionado en la misma cuadra, al frente, con dos ocupantes en él, que miraban y fotografiaban todo lo que ocurría. Debo haber salido mal en las fotos. Llevaba varios días casi sin dormir. Al irme, hicieron el amago de seguirme, pero finalmente no lo hicieron. No sé si algún otro vehículo lo hizo. Por precaución, volví directamente a Viña, saliendo de Santiago por caminos atestados de autos. En años posteriores, viajaría casi a diario a Santiago, pero a hacer capacitaciones en diferentes entidades financieras (bancos, AFP, compañías de seguro). Y aparte de algunos problemas con otros conductores, en general no tuve problemas de seguimiento ni nada parecido. Al menos eso creo.

Finalmente llegó el 5 de Octubre. 16 horas. Se empezaron a cerrar mesas de votación. Panel de políticos (y no tan políticos) en algún canal de TV abierta (no existía el cable aún). Recuerdo que al menos estaban en ese programa Jorge Edwards y Sergio Molina (por el CEL), Frafrá Errázuriz (por la derecha) y varios políticos de derecha más. En un momento dado, a la gente del CEL le llega el dato que el primer resultado del muestreo que se estaba haciendo decía que el NO ganaba con un 54, 57% y el Sí perdía con un 43, 43% (los números pueden cambiar en centésimas, pero la décima está bien). Los políticos de derecha saltaron inmediatamente, diciendo que eran cifras manipuladas. Es más, Frafrá, absolutamente ignorante, adujo que era imposible que con tan pocas mesas escrutadas, se pudiera dar un resultado tan exacto. Que él sabía mucho de números y podía asegurar que eso era falso. Finalmente, cuando se supo el resultado final (muy tarde en la noche, después de que Matthei reconociera la derrota), las cifras eran 54,71% para el No y 43,01% para el Sí. O sea, el resultado entregado a primeras horas de la tarde casi no difería del real. Es decir, el trabajo estuvo muy bien hecho (desde lo realizado por Mario Hamuy, pasando por la creación de las muestras del 5% de las mesas, siguiendo con la recopilación de los resultados de las mesas que se debían muestrear). Las mesas muestreadas fueron las correspondientes a una de las 10 listas que yo había entregado Nunca supe cuál de las listas (cuál de las 10) se usó, y realmente no importa. Lo que importa es el trabajo bien hecho. Y saber que se ayudó en algo.

Todo lo anterior, usualmente lo cuento cuando estoy haciendo talleres de Excel (ya no se usa Lotus 1-2-3 hace muchos años, aun cuando todavía existe), y tengo que ver (y explicarles para qué se usa) la función Aleatorio y Aleatorio.entre que, como ya dije,  es la sucesora de la antigua función Random de Lotus. Porque si no, a muchos no les queda muy claro que dicha función sirva para algo. Y aprovecho de explicarles que las diferencias entre los resultados de las diferentes encuestas que aparecen comúnmente en los medios(que a veces son tremendamente diferentes), no sólo son provocados por una mala metodología (cosa que ocurre a veces) sino que principalmente por una mala ejecución (por ejemplo, que al encuestador le tocaba encuestar, valga la redundancia, al habitante de una cierta dirección, y como no lo encontró, encuestó al del lado, o a cualquiera, lo que invalida la encuesta desde ese momento).