Siempre me produjo curiosidad el concepto de música moderna. Hace aproximadamente 10 (o más) años, fui a ver a mi hijo tocar una pieza musical en el Teatro Municipal de Valparaíso. No recuerdo ni el nombre ni el autor de la pieza. Era un festival de música moderna. Entre todos los que tocaron, había un pianista, cuyo nombre tampoco recuerdo, que tocó una pieza que me pareció en ese momento de lo más extraño, porque constaba no sólo de sonidos de piano, sino también de soplidos, resoplidos, ruidos producidos por la garganta del intérprete, golpes sobre el teclado, etc. Le pregunté a mi hijo, que es músico, y me dio alguna explicación acerca de eso. Me quedó dando vueltas. Luego leí acerca de la música docta moderna (o como quieran llamarla) y llegué al nombre de Arnold Schönberg. Así que como buen sansano, me puse a leer un poco. Hoy encontré, dentro de los cientos de vinilos que tengo en mi casa, uno de este compositor, llamado Das gesamte Klavierwerk, o sea, algo así como el trabajo para piano reunido. Lo coloco en el tornamesa(o tocadiscos). Y empiezo a escuchar, con la puerta cerrada para no molestar al resto que ve TV cerca. Una rara sensación. Me recuerda a Bela Bartok, que me gusta bastante, aunque no he escuchado mucho de él, sólo algunas piezas para orquesta y celesta. Aclaro que, no soy, para nada, un entendido de música docta (no clásica, sino docta). Pero algo escucho.
Schönberg (lo escriben Schoenberg) nació en Viena en 1874, murió en Los Ángeles, California, en 1951. Se casó dos veces. Hay quienes dicen que junto a Igor Stravinski (cuyas obras más importantes probablemente sean El pájaro de fuego y La consagración de la primavera, en la cual se basó el cubano Alejo Carpentier para escribir su libro homónimo, que, según yo, es su mejor obra), fueron los compositores más importantes del siglo XX. Se adentró en la composición atonal y especialmente en la técnica del dodecaísmo (basada en series de 12 notas). No me extiendo en esto porque no entiendo mucho.
Sus padres eran un zapatero y una dueña de casa. A los 9 años ya era violinista y compositor autodidacta. Al morir su padre debió trabajar como empleado de banco y su cercanía a la música se limitó a ver conciertos gratuitos al aire libre. Ingresó como violonchelista amateur en 1885 a la orquesta amateur Ployhymnia, que dirigía Alexander von Zemlinsky, quien reconoció su talento y ello le permitió ingresar al ambiente musical de Viena y sus alrededores.
Se casó en 1901 con la hermana de Zemlinsky, Mathilde y tuvieron dos hijos, Gertrud y Georg. Mathilde murió en 1923. Luego casó con la hija de un alumno, con quien tuvo 3 hijos más.
Durante la Primera Guerra Mundial, quedó como reserva en la milicia. Terminada la guerra fundó en Viena la Sociedad para Interpretaciones Musicales Privadas, que ofrecía obras nuevas y/o consideradas significativas por Arnold y su círculo. Obras de compositores como Bartok, Busoni, Debussy, Mahler, Ravel, Reger, Skriabin, Staruss, Stravisnky.
Publicó un método de música dodecafónica.
En 1925 fue llamado por Schumann para hacer clases en la Academia de las Artes de Prusia, pero los nazis lo retiraron en 1933, tras lo cual volvió a profesar la religión judía. Emigró un mes después a USA, llegando a Boston y Nueva York. Después de trabajar varios años en la Universidad del Sur de California (USC) y en la UCLA, en 1940 obtuvo la nacionalidad estadounidense. En USA completó alguno de sus trabajos más conocidos, entre ellos la ópera Moisés y Aarón, pero como le tenía fobia al número 13 (sufría de triscaidecafobia), la llamó Moisés y Aron, comiéndose una a, para dejar el título en 12 letras y no en 13.
También se dedicó a la pintura, llegando a exponer sus cuadros con Kandisnki. Hoy ocupa una posición entre los principales pintores de esa época, como Schiele, Kokoschka, Klimt y otros. Pero él se consideraba un aficionado a la pintura. Sólo le servía (según él) para liberar sus necesidades interiores.
Además, inventó un ajedrez de alianzas, conocido como un ajedrez para cuatro jugadores, una máquina de escribir mecánica, naipes, un método de documentación escrita para un partido de tenis (del cual era fanático), un Rastral para hacer cinco líneas del pentagrama simultáneamente, una regla de cálculo dodecafónica y muchas otras que eran modificaciones de materiales de trabajo en su oficina.
Bueno, lo mejor es escucharlo…con paciencia. A mí me gustó. Pero no soy fanático.