De todas las flores mujeres que he conocido, probablemente la que primero apareció en mi vida fue la rosa. Pero representada en mi vida como mi abuela Rosa. Rosa Lagos. Abuela materna. Desgraciadamente, no la conocí en sus mejores momentos, pues lo que recuerdo fue siempre después de uno (o dos) derrame cerebral que sufrió, por lo que su desplazamiento estaba disminuido. Pero fue la primera flor mujer (o mujer flor). Curiosamente, a las rosas también se las nombra como escaramujo, que es el título de una canción de Silvio. También conozco al menos a dos Rosas más, pero mi abuela paterna fue la primera.
Luego, quizás no cronológicamente, vino la violeta, representada en aquella de apellido Parra, que entró a mi vida entre los 15 y 20 años y ya no se fue más. No siempre la escucho, pero cuando lo hago, lo hago con deleite, a pesar de que su voz no es la mejor, sus letras y sus recopilaciones sí lo son.(el bergantín entre ellas). También conozco dos o tres Violetas más, a las cuales no he visto nunca más ni he escuchado nada de ellas.
Las margaritas también me son conocidas, ya sea por el trago (aunque no tomo una gota de alcohol) o por alguna compañera de universidad de la cual no supe nunca más. También una vecina, muy buena persona, profesora además, lleva ese nombre.
No sé de dónde, ni de cuándo, ni por qué, pero orquídea me es familiar. Sé que conozco a alguien de ese nombre, pero no logro recordar nada de ella. También, si mal no recuerdo, hay una película, el ladrón de orquídeas, creo. Debo haberla visto. No recuerdo absolutamente nada de ellas. Ni de la película ni de la persona. O quizás nunca la conocí. Pero me suena.
Todos conocemos una flor. Quizás todos conozcamos alguna Flor. En mi caso al menos, esos es verdad. La conozco y bien. También existen las Floras. Conozco una. En ambos casos, aunque no se crea, son hermanas. No diré el apellido. Flor y Flora. Y un hermano se llama Floro. Parece chiste. No lo es. El hermano murió hace años, y aunque ahora si que parezca broma, tenía problemas con la flora bacteriana, producto de una enfermedad de la cual no recuerdo el nombre, aunque alguna vez lo supe. La enfermedad floreció, como su nombre (el de él) y se tomó su cuerpo. Más que tomarlo, lo consumió. Y sería todo con Floro, y su flora. Las hermanas siguen al pie del cañón, ya de bastante edad, cerca de 85 y 86, pues tenían un año de diferencia solamente. Ambas son buenas lectoras.
Las hortensias, que son flores de gran resistencia (lo digo porque han sobrevivido en mi casa y para eso deben ser todo terreno), también tienen su historia. Porque conozco dos. Ambas muy diferentes. Una, la mayor, de mi edad casi, gran lectora y melómana, de profesión paisajista, cuando no existía esa ocupación casi, o al menos no con estudios, sino sólo con experiencia, hoy vive en Valdivia. La menor, bastante menor, estudió, o al menos lo intentó, Arte. Pero circunstancias de la vida le impidieron terminar. Circunstancias por decirlo de alguna manera. No quiero entrar en detalles, así que lo dejaré sólo en esa explicación. Porque no sería muy empático de mi parte contar lo que le pasó. Que fue bastante terrible.
No me he topado con ninguna magnolia, salvo el café de una amiga, a quien le digo Magnolia (así la tengo en el wsp, porque el café de ella lleva ese nombre). En realidad ella se llama Priscila, y hace unas tortas, queques, sandwichs, chocolates calientes y otras delicias. Y canta como los dioses. Gracias que yo ni sabía que tenía. Es la hermana de un gran guitarrista, que toca con mi hijo. Tienen un dúo llamado Ser-o-Duo. Búsquenlo en Youtube. Tiene temas bellos, muy bellos y bellísimos. Algunos de ellos fueron grabados en mi casa, en mi librería. Con Magnolia-Priscila íbamos a participar como invitados en un programa de radio el verano antepasado (en realidad el invitado era yo), pero me enfermé y luego vino todo esto de la pandemia.
Qué puedo decir de las amapolas, salvo que a veces son cultivadas para fines no muy benéficos. Y que, al menos que yo recuerde, no conozco ni personalmente ni como personaje de novela o cuento a ninguna Amapola. Lo que es raro. Porque conozco mucha gente. Y que, a pesar que el nombre no le gusta ni el nombre ni que lo divulguen, una persona muy querida lo lleva como segundo nombre.
Aparte de la canción Alhelí, no conozco a ninguna persona que lleve ese nombre, sólo una Anahí, que es algo parecido, aunque no mucho. La canción, terrible, de Víctor Heredia.
Conocí a una Azucena, pero en un libro, que es como conocerla de verdad. Porque cuando uno lee algo, novela, cuento, poesía, es como si uno se hiciera amigo, conocido, a veces íntimo, del personaje. Así que, sí, conozco a una Azucena. Buena persona, de estatura media, trigueña, ojos negros, bella figura, mal genio, mala suerte en la vida, trágico fin.
No conozco a ninguna Lila, pero sí a varias Lilianas, al menos a una Lilia y a ninguna Lis. Claro que la palabra lis sale permanentemente en los crucigramas como sinónimo de Lirio.
Tengo pésima opinión de Jazmín, pero esa es una historia para contar en otra ocasión, si es que la cuento alguna vez. Cuidado con los jazmines. O con las Jazmines.
A pesar que la melisa es tranquilizante, esta Melisa era bastante nerviosa. Un poco histérica diría yo. Siempre andaba (¿todavía?) enojada o aproblemada por algo. Al principio uno se preocupaba e intentaba calmarla. Al fina, uno se desentendía, porque hiciera lo que hiciese (uno), ella seguía igual o peor.
Aparte de la Petunia de Porky, sólo la hermana de un conocido de cuando era chico se llama así. No conozco a nadie más. Y esa Petunia era pequeñita y rellenita, pero tenía, en esa época, sólo 3 años, así que no vale mucho la referencia.
Verbenas no conozco ninguna, sólo una Verena, pero ya no nos vemos, lo que es una lástima. Curiosamente, cerca de su casa, en Santiago, hay un local llamado la Verbena, donde antes, cuando yo vivía en Santiago, pasaba a veces a comprar pan, fruta, verdura o alguna otra cosa. Años que no lo hago, me queda a trasmano y ya no soy bien recibido en esa casa.
Iris conocí alguna a vez a una, contadora, apoderada del curso de uno de mis hijos, hace ya más de 10 años. Nunca supe más de ella ni de nadie de ese colegio. Éramos parte de la directiva del curso.
Salvo la canción Dos gardenias para ti, nunca, ni en novelas ni en cuentos, he conocido a nadie llamada Gardenia. Sería raro en Chile. Quizás en países más al norte no, pero entonces hubiera leído el nombre en alguna novela. Pero no.
Ninguna Begonia está en mis recuerdo. Aunque sí una Begoña, que debe ser lo mismo. De la época de la universidad, un recuerdo muy vago de una Begoña, amiga de una amiga, de la que, a pesar que le he mandado mensajes por Facebook (no tengo hace muchos años su celular), no he recibido respuesta. Por lo tanto menos podría recibir respuesta de Begoña.
La dama de las Camelias, de Dumas. Es la única referencia a alguna camelia que tengo, y ni siquiera el personaje se llamaba así, Qué lata, ninguna Camelia en mis libros, solo algunas Camilas, pero no es lo mismo, aunque sólo falte una e y esté mal colocada la i.
De los otros nombres de flores-mujeres o mujeres-flores que encontré, no tengo ninguna cercanía con ninguna Dalia (salvo el libro de la dalia negra), Azalea (ni por asomo), Amaranta(salvo en algún libro de García Márquez, creo, Enebro (por ningún lado), Acacia(menos).